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La Cripta de la Catedral de Guadalajara es un lugar de gran importancia histórica y cultural que atrae a turistas y visitantes de todo el mundo. Esta hermosa catedral, con sus majestuosas torres neo-góticas, ha sido testigo de los acontecimientos más significativos de la ciudad desde su construcción en el siglo XVI. En su interior, los visitantes pueden admirar la magnífica luz que se filtra a través de vitrales que representan la Última Cena, así como escuchar el dulce sonido de un órgano de tubos en pleno funcionamiento. Además, la cripta gótica alberga las tumbas de tres arzobispos, junto con imponentes columnas doradas de estilo toscano y once bellos altares laterales. Los visitantes también tienen la oportunidad de contemplar una reliquia muy popular: los restos embalsamados de la mártir Santa Inocencia, contenidos en una vitrina del siglo XVIII.
Además de sus elementos arquitectónicos, la Catedral de Guadalajara es también un testimonio de la riqueza cultural y religiosa de la ciudad. A lo largo de los años, ha sido enriquecida con donaciones de importante valor histórico, como los altares legados por el rey Fernando VII de España. La catedral, al igual que el Palacio de Gobierno de la ciudad, exhibe una mezcla de estilos que van desde el barroco al neoclásico, lo que la convierte en un verdadero tesoro arquitectónico. Los visitantes con interés en el arte sacro también podrán apreciar la pintura La Asunción de la Virgen, realizada por el artista español Bartolomé Murillo en 1650, la cual se encuentra en la sacristía y puede ser admirada bajo solicitud.
La Catedral de Guadalajara no solo es un lugar de importancia histórica y arquitectónica, sino que también brinda a los visitantes la oportunidad de sumergirse en la rica tradición religiosa y cultural de la región. Con su impresionante patrimonio, reliquias sagradas y arte sacro, esta catedral es verdaderamente un sitio que no se puede dejar de visitar al explorar Guadalajara.